Ricardo González Rodríguez

Ser escritor es un privilegio de pocos...

Textos

Diario de un Escritor 5.
VOY BUSCANDO.
De tiempo en tiempo quiero aislarme. Estar conmigo mismo, rever mi vida, mis principios y mis sueños. Analizar mi existencia y ver donde erré, donde fracasé y donde obtuve victorias…

EMOCIONES DESENFRENADAS.
Me encanta sentir en mi piel, el toque de tus manos. Es un dulce delirio que me tira aliento, que me roba el cuerpo y aprisiona mi espíritu. Mi corazón se agiganta, pues la sangre corre y los latidos se aceleran…
Emociones desenfrenadas, un ritmo loco determina y sincroniza nuestros cuerpos. El aliento se pierde, me ahogo en emociones que transponen fronteras entre la locura total y la cordura que trae paz…

CONVERSANDO.
Quiero rezar y no puedo. Me angustia sentirme así con dudas y miedos. Mi inseguridad me tira foco, frustrando mis deseos. Me siento perdido y el abandono me angustia. Me dejo llevar, mi espíritu abandona mi cuerpo y fluctúo en mi soledad…

TODO ES DIFERENTE.
Todo en la vida de un escritor es más dramático que cualquier otro ser humano. Quizás porque nuestros sentimientos son más intensos por la vida que llevamos y vivimos. Nuestros sentimientos son más intensos y pasionales. No existen medios términos, ni medias palabras… Para nosotros todo es absoluto, debe ser así, porque así lo sentimos. Ocurre, en todos los aspectos  de la vida y más aún con las relaciones humanas.
Como vivimos de pasiones, sentimientos fuertes al extremo, nos llevan de una alegría fantástica a un estado deplorable y lastimable, de una carcajada al llanto, del amor al odio, en un abrir y cerrar de ojos…

EL ARTE DE HACER AMOR.
Sabemos
de nuestros deseos
y cada vez
que nuestros ojos
se encuentran
sentimos
que nuestro corazón bombea
con mayor fuerza su caudal…
La sangre parece enloquecida
que arterias y venas tensionadas
dejan fluir
y llevan consigo
el fuego de la pasión…
Es un torbellino
de placer llegando
difícil detenerlo
no existe fortaleza
que lo detenga…
Nuestro deseo aumenta
Nuestras bocas se buscan
ansiosas, locas y ardientes
compartiendo el néctar de miel
que sacian nuestros instintos…
El dulce que delicia
mi boca sedienta
que quiere más…
Mis manos
buscando y encontrando
las tuyas me llevan al delirio
al paraíso…
Pulsante, pleno y viril
te busca y lo acoges en ti.
Un clamor
un cántico de ángeles
acompañan nuestro ritmo
suave y frenético…
Nuestros cuerpos se armonizan
se sintonizan,
se materializan,
la pasión y el deseo,
se apacigua,
el descanso llega
y adormecemos
abrazados y en calma…

DULCE DESPERTAR.
Mis ojos comienzan a acostumbrarse a la realidad. La noche con su manto oscuro que me acogió en descanso me devuelve la luz del día que está llegando para acompañar mis pasos. Todo se agita, todo se mueve. La quietud de la noche se ha ido y volverá a recogerme en breve con su manto negro para llevarme a la profundidad del sueño. Al reposo que mis huesos merecen y que cansados ya no atinan a cuestionar…
Ricardo Sol
Enviado por Ricardo Sol em 02/12/2020
Alterado em 27/12/2021
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